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Una pasión centenaria


El fútbol y los españoles vinieron de Europa a encontrase en Chile, a echar raíces. A fines del siglo XIX los barcos traían hasta Valparaíso o Coquimbo una nueva pasión y la colonia hispana pronto la hizo suya, como ocurría también allá en la península.

En 1892, en el Café del Pacífico de Valparaíso había comenzado oficialmente la historia del fútbol chileno. Y apenas cinco años después, el 18 de mayo de 1897, cuando el deporte que hoy conmueve a millones era todavía mirado con recelo, nació el Centro Español de Instrucción y Recreación, del que surgieron el Ibérico Balompié (en 1918) y el Ciclista Ibérico, las dos entidades cuya fusión, en 1922, daría origen a la Unión Deportiva Española. Trece años después, la incorporación del Centro Español conformó lo que hasta hoy es la Unión Española de Chile, el club de colonia más importante y trascendente del fútbol chileno.

El primer tercio del siglo XX vio como el fútbol se desarrollaba a paso firme y acelerado. Los jugadores, los clubes y la pasión se multiplicaron y las competencias se hicieron cada vez más exigentes. Al abrirse los años 30, el profesionalismo apenas se escondía en las canchas nacionales. Chile había participado del primer mundial de la historia -Uruguay 1930- y pisaban ya los pastos locales las primeras estrellas extranjeras -uruguayos y argentinos, de preferencia- traídos por los poderosos Everton, Audax Italiano y Unión Española.

Cuando la evolución exigía un nuevo peldaño, los ocho clubes grandes de la Asociación Santiago -Unión Española, Colo Colo, Bádminton, Audax Italiano, Green Cross, Morning Star, Magallanes y Santiago National- exigieron, el 27 de mayo de 1933, la creación de una sección profesional, idea que rompía con el sello amateur que hasta ese momento había consagrado la actividad futbolística, aunque entre los clubes más poderosos las huellas del profesionalismo estaban ya muy bien impresas.

Ante la negativa de la Asociación, los disidentes firmaron -el 31 de mayo, en la secretaría del Bádminton- la creación de la Liga Profesional. De inmediato se dio inicio al primer campeonato de apertura y en julio se abrieron los fuegos de su primera copa oficial. Sólo en agosto de ese año la liga fue reconocida como parte de la Federación de Fútbol de Chile.


Así comenzó la historia. La Unión Española y su estadio Santa Laura son fundadores ineludibles del fútbol profesional en Chile. Fue el comienzo de una pasión que sigue hasta hoy y que el paso del tiempo sólo se puede hacer más grande y fuerte. Fue la razón para que nombres como Juan Legarreta, Atanasio Pardo, Hernán Fernández, Atilio Cremaschi, Honorino Landa, Juan Machuca, Antonio Arias, Mario Soto, Mario Osbén, Jorge Spedaletti, Fernando Astengo y José Luis Sierra siguieran escribiendo páginas inolvidables.


SEIS ESTRELLAS, SUBCAMPEÓN DE AMÉRICA

Seis veces en su historia la hinchada de los rojos de Santa Laura se ha quedado con la estrella de campeón.

Diez años de lucha en el naciente campeonato profesional -dominado por Magallanes y Colo Colo- debieron pasar hasta que en 1943, y después de vivir el dolor de la Guerra Civil Española, llegó la primera estrella. Y otros ocho años transcurrieron hasta alcanzar la segunda copa de campeón en 1951.

Después, otros 20 años de sinsabores hasta el inicio de una Década de Oro. Se habían cerrado los '60 de las universidades cuando Unión anunció su hambre de triunfos con los sub-campeonatos de 1970 y 1972, ambos tras Colo Colo. En 1973 los papeles se invirtieron y Unión Española recogió su tercera estrella, a la que rápidamente siguieron otra en 1975 y una más en 1977.

Antes, la historia deparaba a los Diablos Rojos el más alto de sus logros: después de tres partidos a muerte con Independiente, un equipo entrañable se coronó Subcampeón de América 1975, a un paso de tocar la Copa Libertadores, escalón que hasta ese momento sólo había conseguido Colo Colo, justamente dos años antes y también en definición con los de Avellaneda.

Los '80 -gobernados por el novato Cobreloa y Colo Colo- fueron años oscuros, en la medianía de la tabla y al borde del descenso a fines de la década. En los '90, en cambio, todo fue vértigo. Un equipo fulminante se quedó con los torneos de apertura Copa Chile en 1992 y 1993, pero la fuerza no alcanzó para los campeonatos nacionales. Y al terminar la década, en 1997, el horror del descenso remeció Santa Laura. Fueron dos años de lucha en Segunda para volver, en 1999, con la corona de campeón.

Desde 2003 en adelante, Unión volvió a tomar protagonismo en el torneo local, y luego de obtener el vicecampeonato del Clausura 2004, acaba de coronarse Campeón del Apertura 2005, bordando la sexta estrella en sus pendones.

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